Si esto es una condena que me digan cual ha sido mi delito.
Llevo instalado un microchip. Se activa cuando estoy en cualquier lugar y empiezo a notar su presencia. Entonces empiezo a temblar. Y siento que las piernas me flojean, y que un escalofrío me recorre entera.
No consigo recordar que falta he cometido, ni cual ha sido el momento en el que me instalaron el microchip para castigarme por ella. Pero tengo una ligera sospecha.
Un dia me encontré contigo, Eros. Y Digo Eros porque creo que es en él en quien pensamos, la persona en la que se encarna es sólo una manera de poder repartirse entre todos los que habitamos en la tierra. Sólo una forma física.
Un dia llegaste, abriste una herida y te fuiste. Mantuve esa herida cicatrizándose durante mucho tiempo, procurando que nadie pudiera volver a abrirla.
Fueron pasando los años y tu ibas tomando forma en otras personas, pero nunca llegué a interesarme demasiado por ti. Era cómodo estar contigo viendo una película un domingo por la tarde mientras llovía pero me provocabas la misma satisfacción que cualquier otra forma en la que pudieras mostrarte.
Un dia reapareciste con mas fuerza que nunca. Recuerdo despertarme al dia siguiente y ponerme a llorar, porque pensaba que no volverías a calarme hondo.
Decidí darte una oportunidad y funcionó. Pero te quedaste poco tiempo. Me hiciste devolverte todo lo que te había quitado. Yo nunca te habia correspondido como tu querías, excepto una vez, y decidiste hacermelo pagar. Para ello me instalaste el microchip que ahora llevo, y que tiene múltiples maneras de castigarme.
La peor de todas, es la de hacer que mi cuerpo tiemble como si una ráfaga de aire frio estuviera pasando por mi lado. Entonces no me hace falta alzar la vista para saber que estas a pocos metros. Y me giro y ahí estas, indiferente hacia todas mis sensaciones. Inconsciente, sin saber el cúmulo de escalofrios que en ese momento recorren mi cuerpo y nublan todos los puntos que alcanzan mi vista excepto el tuyo.
Es muy cruel que el microchip sea capaz de dominarme, anulando el resto de mis capacidades sensitivas, y haciendo que me centre solamente en encontrarte allí donde esté.
Lo segundo más cruel, es que cuando te encuentro y me acerco a ti, incrementas mis cualidades olfativas. Y tu olor se vuelve superior al del resto de la gente. Mi nariz se une a mi vista y también comienza a buscarte. Los demas olores se difuminan y sólo quiero abrazarte para sentirlo mas cerca.
Pero esta es la tercera crueldad, que me abraces. Porque ese momento es efímero y no eterno. Cuando comienzas a hacerlo, sé que en unos segundos terminará y tu cuerpo y tu olor se alejarán de mi.
Aun asi es increíble que casi pueda sentir lo mismo estando lejos. Que otros hayan intentado darme lo mismo durante meses y ni siquiera hayan conseguido acercarse tanto.
Eres caprichoso, eres el motor del mundo. Lo sabes, y por ello nos manejas a tu antojo. Haces que queramos quedarnos contigo cuando no tenemos motivos y casi ni te conocemos, y que te despreciemos cuando tú nos lo das todo.
Y ya no te soporto. Quiero que el microchip no se pueda activar hasta que acabe desapareciendo.
Puede que te hayas aliado con el destino y eso es lo que tenga que pasar, pero es cruel.
Esperare, pero contrarreloj. Porque el tiempo apremia y las decisiones están al filo.
***something happenned for the very first time...***