sábado, 12 de junio de 2010

Otro principio sigue siempre a un final


No sé bien describir cómo me siento, pero es parecido a la sensación que te deja la última página de un libro.

Sólo puedo decir que ahora sí soy libre, que he conseguido lo que quería, y que me prometo a mí misma serme fiel. Me prometo viajar hasta saciarme y no amarrarme a nada que no sea mi trabajo hasta que llegue quien valore más que a él.
Me prometo no doblegarme ante nada ni nadie que pretenda hacerme creer que no puedo cumplir mis propósitos o que trate de convencerme de la imposibiblidad de lo que quiero hacer.
Me prometo ser periodista, me prometo ser madre, hija, amiga, mujer, pero ante todo persona.
Y me sigo prometiendo que lo que quiero hacer prime ante lo que debería hacer, para no desperdiciar ni un sólo segundo de mi paso por la vida y porque normalmente procuro tomar decisiones que no afecten a los demás, y eso, al fin y al cabo, es lo que me hace ser humana.

Me prometo no separarme de un bolígrafo para poder seguir escribiendo todo lo que pase por mi mente y ante mis ojos. Que la comunicación es un regalo para el que tiene el don de practicarla, y para los que tienen ojos y oídos para disfrutar de ella.

Y sobretodo me prometo que esté donde esté, mi casa nunca dejará de ser mi castillo, mi refugio, el lugar QUE soy, del que vengo y al que seguiré volviendo. Tanto si es para llorarle las penas como si es para contarle todo lo que he podido absorver de este mundo que a pesar de mis esfuerzos, no creo que llegue a conocer del todo.

No hay comentarios: