Además de la gastronomia, podría mencionar unos cien mil aspectos que este pais me ha dado, desde el idioma, a los mil personajes curiosos que he llegado a conocer.
A través de los anchos canales de Venecia, pasando por las calles medievales de Verona, caminando por las calles de Florencia, alzas la vista para alcanzar la gran cúpula de Miguel Ángel, temiendo moverte por las oscuras calles de Nápoles, mientras la señora que custodia la calle te mira intentando identificarte, o paseas por el puerto en el que la mafia controla el mayor intercambio de narcotráfico mundial, un poco más al sur te tuestas bajo el sol de Sicilia aunque tu piel pida a gritos un gran chorro de agua. En Roma, nada mejor que cruzar el puente de San Angelo con su castillo al fondo, o salir de la estación de metro y tener el coliseo de frente. Y siempre está Pisa, la ciudad que me ha acogido durante un año, a cuya torre inclinada no he subido por la superstición general de que año subido, es año includo en la carrera.
Todo ello sumado a la compañía. A que las tardes que he pasado internada en mi casa han sido igual de buenas que las que he pasado en la calle, porque las que un dia eran conocidas, se habian convertido de repente en mi familia.
Grazie Italia, ci vediamo presto!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario