domingo, 8 de mayo de 2011

Domingo


Algo que me gusta de mí es la capacidad de mi mente para evocar pensamientos o formularse preguntas en momentos no propicios y a veces ni apropiados.
Hoy es domingo. Como cada domingo, me he levantado y el sabor es pastoso. Mi piel aún protesta porque cuando llegué a casa no recordé desmaquillarme y trato como siempre de aliviarla con una ducha de agua a veces fría, como si pudiera hacer que el efecto fuera el mismo.
Después de sentar mi cuerpo a la mesa y pulsar el automático, fuerzo a pinchar un par de trozos de carne en el tenedor, pero mi estómago está enfadado y no me deja comer.
Me tiro en cama y dejo que mi mente se vaya.
Hoy me he preguntado si me consideraba una persona culta, y me he respondido que soy más culta que ignorante, y que la balanza seguirá inclinándose a mi favor conforme vayan pasando los años.
Ha sido un alivio.
Pero los domingos son diferentes. Yo soy diferente los domingos. La inexplicable levitación de mi mente cobra aún más fuerza  y alcanza la categoría de filósofa.
Siempre he creído que los filósofos no son gente inteligente, en el sentido íntegro de la palabra. Entiendo que la filosofía es un conjunto de teorías inservibles para el mundo al servicio de las mentes de los evadidos.
Yo soy así. Me tiro en mi cama y miro al techo durante dos horas pensando en cosas que nada interesan al mundo. Pienso en lo insignificantes que somos y en lo banal que es nuestra vida, y en cómo la noche anterior intenté darle sentido en los pubs, ahogada entre copas y masas de gente. Demasiada gente, y pocas personas.
Pero vuelve la pastosidad a la boca al día siguiente. Y me siento más vacía de espíritu, y me veo en perspectiva, en ese limbo en que me tiene la continua espera hacia ese sabe Dios qué.
Pero vivo. Y actúo en base a mis apetencias, y rezo a los siete pecados capitales, delitos universales, pero sales para la vida. Los domingos de hecho pienso que la vida sin pecado sería un error.
Pero el amanecer siempre me trae de nuevo al lunes y vuelvo a ser un poco más masa. Un poco más “normal”. Un poco más banal.

No hay comentarios: